La Humanidad es una plañidera que se deleita en lamentarse por los héroes muertos. Si fuera hombre, se regocijaría por sus grandezas y por sus glorias.
La Humanidad ve a Jesús naciendo y viviendo como un pobre, humillado como un débil, y tiene piedad de El, pues fue crucificado como un criminal... Todo lo que la Humanidad tiene para ofrecerle son lágrimas y lamentos. Durante siglos la Humanidad viene adorando la debilidad en la persona del Señor. Los hombres no comprenden el verdadero sentido de la fuerza.
Jesús, no vivió una vida de miedo ni murió sufriendo y quejándose. El vivió como un rebelde, fue crucificado como un revolucionario y murió con un heroísmo que atemorizó a sus torturadores.
Jesús, no fue un ave con alas rotas, sino una tempestad que rompe con su fuerza todas las alas torcidas.
Jesús no'vino del más allá para hacer del dolor un símbolo de la vida, sino para hacer de la vida el símbolo de la verdad y la libertad.
Jesús, no tuvo miedo de sus perseguidores ni sufrió frente a sus asesinos. El, era libre, valiente y osado. Desafiaba a tiranos y déspotas y opresores. Y cuando veía pústulas infectadas, las punzaba. Y acallaba la voz del Mal, destruía la Falsedad y ahogaba la Traición.
Jesús no vino desde el círculo de la luz para destruir hogares y construir sobre sus ruinas conventos y monasterios. El, vino a esta tierra para insuflar un espíritu nuevo, que destruye con su poder, las monarquías construidas sobre huesos y calaveras humanas. El vino para demoler los palacios majestuosos construidos sobre las tumbas de los débiles y derrumbar los ídolos asentados sobre los cuerpos de los miserables.
El vino para hacer del corazón un templo, del alma un altar y del espíritu un sacerdote.
Esa era la misión de Jesús y esas las enseñanzas por cuya causa fue crucificado. Y si la Humanidad fuera sensata, ella se alzaría hoy, y cantaría, vigorosa, el canto del triunfo y la victoria.
Fragmento de "La Tempestad" De Khalil Gibrán
La Humanidad ve a Jesús naciendo y viviendo como un pobre, humillado como un débil, y tiene piedad de El, pues fue crucificado como un criminal... Todo lo que la Humanidad tiene para ofrecerle son lágrimas y lamentos. Durante siglos la Humanidad viene adorando la debilidad en la persona del Señor. Los hombres no comprenden el verdadero sentido de la fuerza.
Jesús, no vivió una vida de miedo ni murió sufriendo y quejándose. El vivió como un rebelde, fue crucificado como un revolucionario y murió con un heroísmo que atemorizó a sus torturadores.
Jesús, no fue un ave con alas rotas, sino una tempestad que rompe con su fuerza todas las alas torcidas.
Jesús no'vino del más allá para hacer del dolor un símbolo de la vida, sino para hacer de la vida el símbolo de la verdad y la libertad.
Jesús, no tuvo miedo de sus perseguidores ni sufrió frente a sus asesinos. El, era libre, valiente y osado. Desafiaba a tiranos y déspotas y opresores. Y cuando veía pústulas infectadas, las punzaba. Y acallaba la voz del Mal, destruía la Falsedad y ahogaba la Traición.
Jesús no vino desde el círculo de la luz para destruir hogares y construir sobre sus ruinas conventos y monasterios. El, vino a esta tierra para insuflar un espíritu nuevo, que destruye con su poder, las monarquías construidas sobre huesos y calaveras humanas. El vino para demoler los palacios majestuosos construidos sobre las tumbas de los débiles y derrumbar los ídolos asentados sobre los cuerpos de los miserables.
El vino para hacer del corazón un templo, del alma un altar y del espíritu un sacerdote.
Esa era la misión de Jesús y esas las enseñanzas por cuya causa fue crucificado. Y si la Humanidad fuera sensata, ella se alzaría hoy, y cantaría, vigorosa, el canto del triunfo y la victoria.
Fragmento de "La Tempestad" De Khalil Gibrán