"Príncipes, potestades, guerreros, esplendor del cielo que fue vuestro en otro tiempo y que ahora habéis perdido: ¿es posible que semejante estupor pueda apoderarse de unos espíritus eternos? ¿O es que habéis escogido este sitio después de las fatigas de la batalla para dar algún reposo a vuestro extenuado valor, movidos por el deleite que experimentáis al dormir aquí como en las llanuras del cielo? ¿Acaso habéis jurado adorar al Vencedor en esa abyecta postura? El contempla ahora a los querubines y serafines revolcándose en ese lago, con las armas y las banderas destrozadas, hasta que en breve sus rápidos ministros, descubriendo su ventajosa posición desde las puertas del cielo bajen y nos pisoteen al vernos tan postrados o no sepulten con sus rayos en el fondo de este abismo. ¡Despertaos, levantaos o permaneced caídos para siempre!”
John Milton, El Paraíso Perdido.
Pocos mitos han calado más profundo en nuestra cultura que el de Lucifer. Ángel de confianza de Yahvé, traicionó a su creador y descarriado trató de arrastrar consigo a la creación de Dios. Sin embargo desde el punto de vista exclusivamente bíblico, y aunque parezca mentira, Lucifer no existe.
Si uno le preguntara a un Judío donde menciona la Biblia a Lucifer, la respuesta sería automática, -en ninguna parte-. Ahora por otra parte si uno le preguntara a un Cristiano, la respuesta no se haría a esperar. Isaías 14:12. Al consultar usted su Biblia, hallaría esta respuesta acertada o no, dependiendo de que versión consultara. Es que siendo Lucifer una palabra latina, jamás podría ser encontrada en un texto hebreo; en la versión La Biblia de las Américas encontramos:
12¡Cómo has caído del cielo,
OH lucero de la mañana, hijo de la aurora!
Has sido derribado por tierra,
tú que debilitabas a las naciones.
John Milton, El Paraíso Perdido.
Pocos mitos han calado más profundo en nuestra cultura que el de Lucifer. Ángel de confianza de Yahvé, traicionó a su creador y descarriado trató de arrastrar consigo a la creación de Dios. Sin embargo desde el punto de vista exclusivamente bíblico, y aunque parezca mentira, Lucifer no existe.
Si uno le preguntara a un Judío donde menciona la Biblia a Lucifer, la respuesta sería automática, -en ninguna parte-. Ahora por otra parte si uno le preguntara a un Cristiano, la respuesta no se haría a esperar. Isaías 14:12. Al consultar usted su Biblia, hallaría esta respuesta acertada o no, dependiendo de que versión consultara. Es que siendo Lucifer una palabra latina, jamás podría ser encontrada en un texto hebreo; en la versión La Biblia de las Américas encontramos:
12¡Cómo has caído del cielo,
OH lucero de la mañana, hijo de la aurora!
Has sido derribado por tierra,
tú que debilitabas a las naciones.
Bueno… bastante decepcionante. Todavía podemos asociar “Lucero” con “Lucifer” pero lo haríamos a muestra propia cuenta y riesgo. Aún podemos decir que el Lucero de la mañana es Venus, pero chocaríamos con el hecho de que la biblia reserva ese titulo a Jesucristo. En Apocalipsis 22:16 leemos:
16 Yo, Jesús, he enviado a mi ángel
a fin de daros testimonio de estas cosas
para las iglesias.
Yo soy la raíz y la descendencia de David,
el lucero resplandeciente de la mañana.
(la Biblia de las Américas)
¿Es Lucifer, el Cristo? De hecho, no.
Para encontrarnos con la palabra Lucifer debemos recurrir a Jerónimo y su Vulgata:
“Quomodo cecidisti de coelo, Lucifer qui mane oriebaris!”
(Isaias 14:12, Vulgata Latina)
Bueno ¿de donde sacó esta traducción Jerónimo? Hay quién dice que lo hizo adrede. Como una manera de darle un marco a la doctrina de la caída del diablo y de paso denostar a una deidad romana. Sin embargo esta explicación es bastante endeble por razones que se presentaran más adelante en este escrito.
16 Yo, Jesús, he enviado a mi ángel
a fin de daros testimonio de estas cosas
para las iglesias.
Yo soy la raíz y la descendencia de David,
el lucero resplandeciente de la mañana.
(la Biblia de las Américas)
¿Es Lucifer, el Cristo? De hecho, no.
Para encontrarnos con la palabra Lucifer debemos recurrir a Jerónimo y su Vulgata:
“Quomodo cecidisti de coelo, Lucifer qui mane oriebaris!”
(Isaias 14:12, Vulgata Latina)
Bueno ¿de donde sacó esta traducción Jerónimo? Hay quién dice que lo hizo adrede. Como una manera de darle un marco a la doctrina de la caída del diablo y de paso denostar a una deidad romana. Sin embargo esta explicación es bastante endeble por razones que se presentaran más adelante en este escrito.
Veamos una traducción más:
12 »Rey de Babilonia,
Tú que derrotabas a las naciones,
¡Has caído de muy alto!
Te creías un dios en el cielo
Pero fuiste derribado a la tierra.
(Isaias 14:12 Traducción en lenguaje actual)
¿Cual es la palabra en el original hebreo que puede ser traducida de una manera tan ecléctica? La palabra “Helel” (H1966 en la clasificación de Strong) que significa “portador de luz”. Ahora no es este un noble portador de luz y conocimiento. Esta palabra proviene de otra: “hawlal” (H1984 en la clasificación de Strong) que entre cosas significa: fanfarrón, agrandado, y usada como verbo, actuar tonta o locamente. Podríamos decir que el protagonista de la frase “se hace la estrellita” usando el término “estrella” en un sentido muy cercano al que usamos para referirnos a una diva o un actor famoso.
¿Quién era el Rey de Babilonia al que se refiere el pasaje?
Belsasar o Baltasar (en acadio Bel-sharra-usur, que significa «que el dios Bēl proteja al rey») fue un príncipe babilónico.
El Libro de Daniel en la Biblia lo considera hijo (o descendiente) de Nabucodonosor II. Sin embargo, los testimonios arqueológicos le denominan hijo de Nabónido, quien era de origen asirio o arameo y probablemente no estaba emparentado con Nabucodonosor ya que estaba casado con Nitocris (hija de Nabucodonosor y una princesa egipcia de su harén) quien fue a su vez madre de Belsasar.
Murió durante la caída de dicha ciudad en manos de Ciro II el Grande en el año 539 a. C.
Aunque en la Biblia se le menciona como rey, en realidad fue corregente de Babilonia durante los periodos en que su padre se hallaba ausente de la misma, de ahí que ofreciera como recompensa a quien descifrara la escritura sobre la pared el tercer puesto en importancia en su gobierno, ya que él mismo era el segundo después de su padre, y que no se le mencione extrabíblicamente como último rey antes de Ciro, el primer rey de Persia. No sería sino hasta el S. XIX que se hallaron documentos cuneiformes que lo mencionaban y por ende confirmaron su existencia mencionada en el relato bíblico. (Wikipedia).
Nos podemos imaginar a Belsasar ofreciendo fiestas en el palacio de su padre en su ausencia sentado en un trono que solo era suyo en parte, tratando de lucir como lo que no era. Si logramos formar esa imagen mental, vamos a estar muy cerca del significado que quiso transmitir el profeta. Como escribe un comentarista bíblico:
En su autoteísmo Belsasar, era un soberbio; hablaba en su corazón de una fantasía presuntuosa, la cual era subir al cielo, levantar su trono en lo alto, junto a las estrellas, en el monte del testimonio, sobre las alturas de las nubes, y ser semejante al Altísimo. La palabra Altísimo es del hebreo Elyón y es un epíteto que se aplicaba al dios supremo en la mitología de Canaán. La palabra estrella es el término que se usaba en aquella época para designar a los reyes en la monarquía Asiria y era aplicado a algunos reyes que habían sido deificados y sus nombres habían sido puestos a ciertos astros, pero Belsasar quería subir por encima de esas estrellas o nombres de reyes Asirios. (La Biblia desmitoligizada, recurso de red)
12 »Rey de Babilonia,
Tú que derrotabas a las naciones,
¡Has caído de muy alto!
Te creías un dios en el cielo
Pero fuiste derribado a la tierra.
(Isaias 14:12 Traducción en lenguaje actual)
¿Cual es la palabra en el original hebreo que puede ser traducida de una manera tan ecléctica? La palabra “Helel” (H1966 en la clasificación de Strong) que significa “portador de luz”. Ahora no es este un noble portador de luz y conocimiento. Esta palabra proviene de otra: “hawlal” (H1984 en la clasificación de Strong) que entre cosas significa: fanfarrón, agrandado, y usada como verbo, actuar tonta o locamente. Podríamos decir que el protagonista de la frase “se hace la estrellita” usando el término “estrella” en un sentido muy cercano al que usamos para referirnos a una diva o un actor famoso.
¿Quién era el Rey de Babilonia al que se refiere el pasaje?
Belsasar o Baltasar (en acadio Bel-sharra-usur, que significa «que el dios Bēl proteja al rey») fue un príncipe babilónico.
El Libro de Daniel en la Biblia lo considera hijo (o descendiente) de Nabucodonosor II. Sin embargo, los testimonios arqueológicos le denominan hijo de Nabónido, quien era de origen asirio o arameo y probablemente no estaba emparentado con Nabucodonosor ya que estaba casado con Nitocris (hija de Nabucodonosor y una princesa egipcia de su harén) quien fue a su vez madre de Belsasar.
Murió durante la caída de dicha ciudad en manos de Ciro II el Grande en el año 539 a. C.
Aunque en la Biblia se le menciona como rey, en realidad fue corregente de Babilonia durante los periodos en que su padre se hallaba ausente de la misma, de ahí que ofreciera como recompensa a quien descifrara la escritura sobre la pared el tercer puesto en importancia en su gobierno, ya que él mismo era el segundo después de su padre, y que no se le mencione extrabíblicamente como último rey antes de Ciro, el primer rey de Persia. No sería sino hasta el S. XIX que se hallaron documentos cuneiformes que lo mencionaban y por ende confirmaron su existencia mencionada en el relato bíblico. (Wikipedia).
Nos podemos imaginar a Belsasar ofreciendo fiestas en el palacio de su padre en su ausencia sentado en un trono que solo era suyo en parte, tratando de lucir como lo que no era. Si logramos formar esa imagen mental, vamos a estar muy cerca del significado que quiso transmitir el profeta. Como escribe un comentarista bíblico:
En su autoteísmo Belsasar, era un soberbio; hablaba en su corazón de una fantasía presuntuosa, la cual era subir al cielo, levantar su trono en lo alto, junto a las estrellas, en el monte del testimonio, sobre las alturas de las nubes, y ser semejante al Altísimo. La palabra Altísimo es del hebreo Elyón y es un epíteto que se aplicaba al dios supremo en la mitología de Canaán. La palabra estrella es el término que se usaba en aquella época para designar a los reyes en la monarquía Asiria y era aplicado a algunos reyes que habían sido deificados y sus nombres habían sido puestos a ciertos astros, pero Belsasar quería subir por encima de esas estrellas o nombres de reyes Asirios. (La Biblia desmitoligizada, recurso de red)
A despecho de los Luciferianos y de los fundamentalistas religiosos, el mito de Lucifer no existía en el Cristianismo primitivo. Los primeros Luciferianos eran seguidores de Lucifer de Cagliari, un Obispo Cristiano Ultraortodoxo que luchaba en el siglo IV para evitar que los Obispos Arrianos convertidos al Cristianismo, continuaran pastoreando a la Grey. Demás está decir que su interés incluía las abundantes prebendas y diezmos que suponían el ejercicio del cargo. De hecho hay en Cerdeña una Iglesia de “San Lucifer” muy católica por cierto. Ahora si se me permite una pequeña digresión… y mencionados Jerónimo y Lucifer de Cagliari… El principal y acérrimo de enemigo de este último era… el primero. Jerónimo publicó un opúsculo el “Dial” en el que denostaba y refutaba con maestría la postura de los luciferianos que se habían atrevido a desconocer incluso la autoridad papal. ¿Tendría en mente a su enemigo el autor de la Vulgata, cuando traducía la septuaginta?
Una manera de destruir el prestigio de Lucifer de Cagliari, sería introducir su nombre en las santas escrituras comparandolo con un patetico reyezuelo de la antiguedad, que en su estupida soberbia, soñaba con ser mas importante que lo que era. No sería mucha casualidad. Era un golpe irónico que solo un genio de su talla estaba en posición de dar.
Desde esta perspectiva, lo realmente luciferiano... es el fanatismo.
Luciferianos... todos los fundamentalistas lo son, el fruto de sus manos los delata.
.
Una manera de destruir el prestigio de Lucifer de Cagliari, sería introducir su nombre en las santas escrituras comparandolo con un patetico reyezuelo de la antiguedad, que en su estupida soberbia, soñaba con ser mas importante que lo que era. No sería mucha casualidad. Era un golpe irónico que solo un genio de su talla estaba en posición de dar.
Desde esta perspectiva, lo realmente luciferiano... es el fanatismo.
Luciferianos... todos los fundamentalistas lo son, el fruto de sus manos los delata.
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