Unas patrullas del Gobierno australiano, al aventurarse en 1946 en las tierras altas e incontrolables de Nueva Guinea, encontraron a la población agitada por un vendaval de excitación religiosa: acababa de nacer el culto del “cargo”. El “cargo” es una expresión inglesa que designa las mercaderías destinada a los indígenas: latas de conservas, botellas de alcohol, bujías de parafina, etcétera. Para aquellos hombres que se encuentran aún en la edad de piedra, el súbito contacto con tales riquezas tenía que ser desconcertante. ¿Acaso los hombres blancos podían haber fabricado semejantes riquezas? Imposible. Los Blancos, a quienes conocían, eran sin duda incapaces de hacer brotar de sus manos un objeto maravilloso. Seamos positivos, se decían más o menos los indígenas de Nueva Guinea: ¿habéis visto alguna vez a un hombre blanco fabricar alguna cosa? No. En cambio, los blancos se entregan a misteriosas actividades. Se visten de la misma manera. A veces se sientan ante una caja de metal provista de cuadrantes y escuchan extraños ruidos que salen de aquélla. Y trazan signos en hojas blancas. Todo esto son ritos mágicos, gracias a los cuales obtienen que los dioses les envíen el “cargo”. Los indígenas intentaron, pues, copiar estos “ritos”: trataron de vestirse a la europea, empezaron a hablarle a las latas de conservas, plantaron tallos de bambú sobre sus chozas, a manera de antenas, y construyeron supuestas pistas de aterrizaje, esperando el “cargo”.
“El retorno de los Brujos”
Louis Pawels y Jacques Bergier
Muchas veces, lamentablemente demasiadas, nuestros políticos e intelectuales se comportan como los indígenas del relato. Copian e imitan formas carentes de contenido. Importan ideas de EE UU o de Europa, como si las soluciones ajenas pudieran aplicarse a los problemas propios sin pagar el precio de la alienacion. No en vano hemos denominado "Gorilas" a un sector de nuestra politica mientras que estos nos tratan de "indios".
¿Podremos algún día tener la libertad básica de pensar nuestros propios pensamientos? ¿De creer en nuestra propia inteligencia y habilidad? De fallar en esto seguiremos condenados a practicar la magia imitativa, maldiciendonos al creer que el error se debe a nuestra incapacidad, en vez de darnos cuenta que lo erróneo es imitar la receta ajena.
“El retorno de los Brujos”
Louis Pawels y Jacques Bergier
Muchas veces, lamentablemente demasiadas, nuestros políticos e intelectuales se comportan como los indígenas del relato. Copian e imitan formas carentes de contenido. Importan ideas de EE UU o de Europa, como si las soluciones ajenas pudieran aplicarse a los problemas propios sin pagar el precio de la alienacion. No en vano hemos denominado "Gorilas" a un sector de nuestra politica mientras que estos nos tratan de "indios".
¿Podremos algún día tener la libertad básica de pensar nuestros propios pensamientos? ¿De creer en nuestra propia inteligencia y habilidad? De fallar en esto seguiremos condenados a practicar la magia imitativa, maldiciendonos al creer que el error se debe a nuestra incapacidad, en vez de darnos cuenta que lo erróneo es imitar la receta ajena.